Desde el 9/10/2024, empresas con más de 50 trabajadores tienen 3 meses para negociar medidas LGTBI
Evita sanciones y asegura la trazabilidad con un sistema de compliance eficaz en la industria agroalimentaria. Te explicamos cómo implementarlo.

Compliance en agroalimentación: seguridad y trazabilidad garantizadas

La industria agroalimentaria se enfrenta a uno de los mayores desafíos regulatorios de todos los sectores económicos: garantizar que los alimentos que llegan al consumidor sean seguros, legales y trazables en todas las etapas de la cadena de suministro. Fallar en este objetivo puede derivar en sanciones, retirada de productos, pérdidas millonarias e incluso daños irreparables a la salud pública. Por ello, implementar un sistema sólido de compliance en la industria agroalimentaria: garantizando la seguridad y trazabilidad alimentaria es hoy más necesario que nunca. Este tipo de cumplimiento normativo no solo se limita a la higiene alimentaria o los estándares de calidad, sino que abarca aspectos clave como la responsabilidad penal de la empresa, la gestión documental, la protección de datos, la regulación ambiental y la prevención del fraude económico. En este artículo te contamos cómo diseñar e implantar un sistema de cumplimiento eficaz en el sector agroalimentario, qué normativas aplicar y cómo evitar errores comunes que podrían comprometer tu cadena de suministro. Soluciones como las que proporciona el servicio de Compliance permiten adaptar estos modelos a cualquier tipo de empresa del sector, desde pequeños productores hasta grandes distribuidoras. ¿Por qué es esencial el compliance en la industria agroalimentaria? La presión regulatoria en el sector agroalimentario es alta. Normas europeas, nacionales y autonómicas se combinan con exigencias de certificaciones privadas, protocolos de exportación y auditorías de clientes. Este entorno obliga a las empresas a implementar controles eficaces que no solo prevengan infracciones, sino que aseguren la trazabilidad total del producto desde el origen hasta el consumidor final. El compliance actúa como una herramienta clave para: Evitar sanciones administrativas y penales. Reducir riesgos de contaminación o fraude alimentario. Proteger la reputación y el valor de marca. Acreditar diligencia ante inspecciones o auditorías. Cumplir con los requisitos legales y contractuales de trazabilidad. Además, el Código Penal español establece desde 2010 la responsabilidad penal de las personas jurídicas, lo que implica que las empresas del sector pueden ser condenadas por delitos cometidos por sus empleados o directivos si no disponen de modelos eficaces de prevención. Riesgos comunes en la cadena agroalimentaria La actividad agroalimentaria está expuesta a múltiples riesgos que pueden comprometer tanto la seguridad del producto como el cumplimiento normativo: Falta de trazabilidad documentada del origen de materias primas. Etiquetado incorrecto o engañoso. Uso indebido de sustancias o aditivos prohibidos. Falsificación de certificados de origen o calidad. Almacenamiento o transporte sin garantías sanitarias. Vertidos contaminantes o gestión inadecuada de residuos. Prácticas laborales irregulares en el campo o en la producción. La gestión de estos riesgos exige una estrategia integral de compliance, que abarque tanto el cumplimiento legal como la implantación de procesos internos documentados, controlados y auditables. Componentes esenciales de un sistema de compliance agroalimentario Un programa de cumplimiento en este sector debe adaptarse a las particularidades de cada empresa, pero existen elementos comunes que todo sistema eficaz debe incorporar: 1. Identificación y evaluación de riesgos Es imprescindible realizar un mapa de riesgos personalizado que tenga en cuenta: Tipo de producto (fresco, transformado, envasado…) Origen y trazabilidad de materias primas. Procesos de elaboración y conservación. Canales de distribución. Requisitos legales del mercado destino (exportación). 2. Normativa aplicable y actualización legal El cumplimiento debe cubrir normas clave como: Reglamento (CE) 178/2002 sobre seguridad alimentaria y trazabilidad. Reglamento (CE) 852/2004 sobre higiene de los alimentos. Ley 17/2011 de seguridad alimentaria y nutrición. Normativa ambiental (vertidos, residuos, emisiones). Regulación laboral y de prevención de riesgos. Normativa fiscal, mercantil y penal. La actualización constante del marco legal es clave para evitar incumplimientos involuntarios. 3. Protocolos operativos y control documental El compliance debe traducirse en procedimientos claros, por ejemplo: Registro completo de trazabilidad por lotes. Procedimientos de gestión de alertas alimentarias. Controles de etiquetado y envasado. Protocolo de retirada de producto. Auditorías internas y revisiones periódicas. Todos estos procesos deben quedar documentados y disponibles ante cualquier inspección. 4. Canal ético interno La Ley 2/2023, sobre protección de informantes, obliga a contar con un canal interno de denuncias en todas las empresas de más de 50 trabajadores. En el sector agroalimentario, este canal es especialmente útil para detectar malas prácticas como: Uso de materias primas de origen no declarado. Incumplimiento de condiciones higiénico-sanitarias. Manipulación de certificados o documentos. Debe ser confidencial, seguro y gestionado por un responsable imparcial. 5. Formación y cultura de cumplimiento La implantación de un sistema de compliance solo será eficaz si todos los implicados conocen sus obligaciones. Es necesario: Formar al personal en buenas prácticas de higiene y trazabilidad. Capacitar a mandos intermedios en gestión del cumplimiento. Informar a proveedores sobre sus responsabilidades legales. Este proceso educativo debe ser continuo, práctico y adaptado a cada perfil. Contar con un sistema como el de Compliance facilita esta formación de manera estructurada y alineada con la operativa real de la empresa. CONSIGUE LA GUÍA ESENCIAL PARA DIRECTIVOS PREVENCIÓN DE RIESGOS LEGALES Y PENALES Descargar gratis Consecuencias del incumplimiento en el sector agroalimentario No aplicar un modelo de cumplimiento normativo puede acarrear: Sanciones económicas por parte de sanidad, medioambiente o inspección laboral. Cierre temporal de instalaciones o inmovilización de producto. Retirada obligatoria del mercado. Procesos penales contra la empresa por delitos contra la salud pública o el medioambiente. Pérdida de certificaciones privadas (IFS, BRC, ISO 22000). Daño reputacional que afecta directamente a las ventas. En un entorno tan expuesto al consumidor y a la opinión pública, el impacto puede ser irreversible. Integrar el compliance en la operativa diaria agroalimentaria Uno de los retos más importantes es lograr que el sistema no quede en un conjunto de documentos formales, sino que se integre de forma efectiva en la actividad diaria. Algunas claves para conseguirlo: Automatizar la trazabilidad mediante sistemas de gestión. Establecer controles previos y posteriores en cada fase del proceso. Designar responsables internos de cumplimiento por área. Centralizar la documentación y garantizar su actualización. Realizar simulacros de alerta o inspección para evaluar la respuesta. Estas medidas permiten no solo cumplir la norma, sino estar preparados ante cualquier incidente. ¿Por qué externalizar el sistema de compliance? Contar

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Compliance en construcción: prevenir fraudes en proyectos públicos

Compliance en construcción: prevenir fraudes en proyectos públicos

En el sector de la construcción, especialmente en proyectos públicos, el riesgo de incurrir en prácticas fraudulentas o corruptas es elevado. Licitaciones amañadas, sobrecostes injustificados, comisiones encubiertas o desviación de fondos son solo algunas de las irregularidades que pueden afectar gravemente a empresas y administraciones. Por eso, aplicar medidas de control no es solo una recomendación ética: es una exigencia legal y reputacional. Saber cómo gestionar el compliance en el sector construcción: previniendo fraudes y corrupción en proyectos públicos es clave para competir con garantías y protegerse frente a responsabilidades penales o sancionadoras. Desde la entrada en vigor del nuevo marco normativo sobre integridad institucional y responsabilidad de las personas jurídicas, contar con un programa de Compliance no es opcional. Es un elemento diferenciador en licitaciones públicas, una herramienta preventiva y una exigencia de transparencia cada vez más valorada. En este artículo conocerás qué medidas aplicar, cómo estructurar un sistema eficaz y qué errores evitar. También descubrirás cómo puede ayudarte un servicio profesional como el de Compliance para adaptarlo a tu operativa diaria. Riesgos específicos del sector construcción El sector de la construcción opera bajo condiciones singulares que lo hacen especialmente expuesto a prácticas ilícitas. Entre ellas destacan: Procesos de contratación pública con múltiples actores y fases. Grandes presupuestos con márgenes de maniobra en certificaciones y costes. Subcontrataciones en cascada difíciles de controlar. Intervención de agentes políticos, técnicos y empresas privadas. Baja cultura de denuncia interna o controles independientes. Este contexto propicia la aparición de fraudes, conflictos de intereses, falsificaciones documentales, pagos irregulares o sobornos, prácticas que pueden acarrear graves sanciones, inhabilitaciones y procesos penales. El compliance se convierte en el sistema de prevención y detección más eficaz para evitar que estos riesgos desemboquen en consecuencias irreparables para la empresa. ¿Qué es el compliance y cómo se aplica en construcción? Un programa de compliance es un modelo interno de prevención, gestión y control diseñado para garantizar el cumplimiento de la normativa legal y ética en todas las actividades de una organización. En el sector de la construcción, este modelo debe adaptarse a los procesos propios del sector y contemplar los siguientes elementos: 1. Análisis de riesgos legales y operativos El punto de partida es identificar los puntos críticos de riesgo, como: Manipulación de licitaciones o concursos públicos. Facturación falsa o duplicada. Subcontratación sin control documental. Falsificación de certificaciones de obra. Trato de favor a proveedores o adjudicatarios. Regalos o dádivas a funcionarios públicos. Uso indebido de fondos públicos. 2. Código ético y políticas anticorrupción Es esencial contar con un código de conducta sectorial, que incluya: Principios de actuación en contratación pública. Normas sobre regalos, invitaciones o relaciones institucionales. Protocolo de conflictos de interés. Normas sobre subcontratación y homologación de proveedores. 3. Procedimientos internos de control El sistema debe documentar con precisión los controles que se aplican, por ejemplo: Revisión de licitaciones y ofertas por áreas independientes. Supervisión financiera de certificaciones y pagos. Auditoría de los contratos de subcontratación. Registro y trazabilidad de decisiones clave. Control de visitas, reuniones y regalos institucionales. Estas medidas deben formar parte de un sistema estructurado como el que ofrece el servicio de Compliance, adaptado específicamente a los riesgos del sector construcción. 4. Canal de denuncias interno La Ley 2/2023 obliga a todas las empresas de más de 50 trabajadores a disponer de un canal ético interno, confidencial y seguro, que permita denunciar irregularidades. Este canal debe ser accesible, gestionado de forma imparcial y respetar la protección del denunciante. 5. Formación continua Uno de los errores más comunes es implementar el sistema sin formar al personal. Todos los empleados deben conocer: Los riesgos asociados a su función. Qué conductas son inaceptables. Cómo actuar ante una situación de posible fraude o corrupción. La formación debe adaptarse a perfiles técnicos, administrativos y directivos. 6. Supervisión y mejora continua El programa de compliance debe actualizarse con frecuencia, especialmente ante cambios normativos, reestructuraciones internas o nuevos contratos públicos. Consecuencias de no aplicar compliance en proyectos públicos La falta de un sistema de cumplimiento eficaz puede tener consecuencias graves, tanto legales como reputacionales. Entre las más habituales se encuentran: Multas por fraude a la administración. Responsabilidad penal por corrupción, cohecho o falsedad documental. Pérdida de contratos públicos o inhabilitación para contratar con el sector público. Daños reputacionales difíciles de revertir. Intervención judicial de la empresa o bloqueo de licitaciones. Además, en los últimos años se han intensificado los controles en materia de integridad pública y transparencia, lo que hace imprescindible acreditar medidas preventivas. Requisitos normativos aplicables al compliance en construcción La normativa que afecta directamente al compliance en este sector incluye: Código Penal (reforma de 2010 y posteriores): establece la responsabilidad penal de las personas jurídicas. Ley 9/2017 de Contratos del Sector Público: refuerza el principio de integridad y prohíbe adjudicar contratos a empresas con condenas por corrupción. Ley 2/2023 reguladora de la protección de informantes: obliga a disponer de canales internos de denuncia. Directivas europeas sobre transparencia, contratación y lucha contra el fraude. Normas fiscales, laborales y de prevención de riesgos laborales. Conocer y aplicar esta normativa es una tarea compleja, que exige apoyo especializado. Claves para un programa de compliance eficaz en construcción Te resumimos los elementos que no pueden faltar en un modelo eficaz para el sector: Diagnóstico personalizado de riesgos según tipo de obra y cliente. Documentación clara, operativa y revisable. Controles automatizados en procesos financieros, de licitación y de certificación. Formación continua y especializada para todos los perfiles. Supervisión independiente del sistema. Canal de denuncias funcional y garantista. Implementar estas medidas de forma estructurada y con apoyo profesional permite reducir significativamente los riesgos de fraude o corrupción. Ejemplos reales de sanciones por falta de compliance En los últimos años, múltiples constructoras han sido objeto de investigaciones judiciales o sanciones administrativas por prácticas corruptas. Algunos ejemplos: Adjudicación irregular de contratos en connivencia con funcionarios públicos. Sobreprecios encubiertos en certificaciones de obra. Pago de comisiones a cambio de adjudicaciones. Uso de testaferros para canalizar fondos ilícitos. En muchos casos, la existencia de un programa de compliance robusto

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NIS2: Cumplir con la directiva europea de ciberseguridad en 2025

NIS2: Cumplir con la directiva europea de ciberseguridad en 2025

¿Sabías que a partir de 2025 muchas organizaciones deberán adaptarse a exigencias mucho más estrictas en materia de ciberseguridad? Si tu empresa gestiona infraestructuras críticas, presta servicios esenciales o maneja datos sensibles, es probable que te veas directamente afectado por la nueva directiva NIS2. No se trata solo de una obligación legal, sino de una necesidad urgente para proteger tu negocio frente a amenazas crecientes y cada vez más sofisticadas. El servicio NIS2 se convierte en un apoyo clave para entender y aplicar estas nuevas obligaciones normativas, evitando sanciones y asegurando la continuidad operativa. En este artículo te contamos cómo impacta esta directiva a tu organización, qué requisitos impone, las consecuencias del incumplimiento y cómo abordarla de forma eficaz. ¿Qué es la Directiva NIS2 y por qué es tan relevante en 2025? La Directiva NIS2 es la actualización de la primera normativa europea sobre seguridad de redes y sistemas de información (NIS), adoptada por la UE en 2016. Su objetivo principal es reforzar la ciberseguridad en sectores estratégicos y garantizar una respuesta coordinada frente a incidentes que puedan afectar al conjunto de la sociedad. En un contexto donde los ciberataques son más frecuentes y dañinos, NIS2 amplía su alcance y endurece sus exigencias. A partir de 2025, miles de organizaciones públicas y privadas deberán cumplir con nuevos requisitos legales de seguridad, independientemente de su tamaño, siempre que operen en sectores considerados esenciales o importantes. Principales cambios introducidos por NIS2 Ampliación del número de sectores regulados. Inclusión de empresas medianas y grandes, según volumen de negocio y número de empleados. Obligación de notificar incidentes de ciberseguridad en plazos más estrictos. Mayor responsabilidad para los órganos de dirección. Sanciones económicas significativas por incumplimiento. ¿Qué organizaciones deben cumplir con la Directiva NIS2? La NIS2 se aplica a empresas y entidades públicas que operan en sectores considerados esenciales, como: Energía. Transporte. Salud. Agua potable y aguas residuales. Infraestructuras digitales. Administración pública. Además, incluye a sectores importantes como: Fabricación de productos químicos, alimentarios, electrónicos. Servicios postales. Gestión de residuos. Centros de datos y proveedores de servicios TIC. Cualquier organización que se encuadre en estos sectores y cumpla ciertos criterios de tamaño (más de 50 empleados o más de 10 millones de euros de facturación) deberá adaptarse a NIS2. Es crucial evaluar si tu empresa entra en este ámbito y cómo te afecta. Requisitos clave de la NIS2: qué debes implementar Cumplir con la NIS2 implica adoptar una serie de medidas de seguridad que abarcan aspectos técnicos, organizativos y de gestión. Entre ellas, destacan: 1. Medidas técnicas y operativas Gestión de riesgos de ciberseguridad: identificación, análisis y mitigación continua de riesgos. Políticas de seguridad actualizadas y documentadas. Control de acceso y protección de la red. Cifrado de datos y copia de seguridad. Supervisión y detección de incidentes. 2. Gestión de incidentes Notificación obligatoria de incidentes dentro de las 24 horas desde su detección. Planes de respuesta y recuperación documentados. Coordinación con autoridades competentes. 3. Gobernanza y responsabilidad Implicación directa del órgano de administración en la supervisión de la ciberseguridad. Formación continua del personal clave. Evaluaciones periódicas de cumplimiento. Contar con asesoramiento especializado como el que ofrece el servicio NIS2 te permitirá entender en profundidad cada uno de estos requisitos y aplicarlos adecuadamente según las características de tu organización. ¿Qué pasa si no cumples con NIS2? El incumplimiento de la directiva NIS2 no solo conlleva riesgos operativos, sino también sanciones económicas severas. Las multas pueden llegar hasta los 10 millones de euros o el 2 % del volumen de negocio global, lo que supone un impacto crítico para muchas empresas. Además, la falta de medidas adecuadas puede derivar en: Pérdida de confianza de clientes y socios. Daños reputacionales irreparables. Interrupciones prolongadas de la actividad. Costes derivados de la gestión de crisis y recuperación. Ejemplo real de impacto por ciberincidentes En 2023, un importante proveedor de servicios sanitarios europeo sufrió un ciberataque que paralizó sus sistemas durante más de una semana. La falta de preparación conforme a NIS2 agravó la situación, generando una pérdida económica de varios millones de euros y comprometiendo datos sensibles de miles de pacientes. ¿Cómo prepararse para NIS2 de forma eficaz? Adoptar un enfoque proactivo es clave. Aquí te mostramos los pasos esenciales: 1. Diagnóstico inicial Evalúa tu situación actual frente a los requisitos de NIS2. Identifica brechas y prioridades. 2. Diseño de un plan de acción Elabora un plan adaptado que contemple todas las medidas técnicas y organizativas necesarias. 3. Implementación Aplica las soluciones técnicas, revisa políticas internas y establece procesos de notificación y gestión de incidentes. 4. Formación y concienciación Capacita a tu equipo directivo y técnico. La ciberseguridad debe ser una responsabilidad compartida. 5. Revisión y mejora continua Monitorea los resultados, realiza auditorías internas y actualiza tus medidas ante nuevas amenazas. Con el servicio NIS2, puedes apoyarte en un equipo experto que te acompañará durante todo este proceso, asegurando que tu organización cumple con la normativa de forma ágil y eficiente. Bloque final orientado a conversión La entrada en vigor de la directiva NIS2 marca un punto de inflexión en la manera en que las organizaciones deben abordar la ciberseguridad. No se trata solo de cumplir con una obligación legal, sino de proteger activamente tu negocio frente a riesgos cada vez más complejos. Si necesitas orientación para adaptarte con éxito y garantizar el cumplimiento, en Audidat te ofrecemos una solución personalizada y sin compromiso a través del servicio NIS2. Preguntas frecuentes sobre NIS2 ¿Cuándo entra en vigor la directiva NIS2? La directiva NIS2 deberá ser traspuesta a la legislación nacional de cada Estado miembro antes del 17 de octubre de 2024. Las obligaciones comenzarán a aplicarse a partir de esa fecha, aunque es recomendable anticiparse y preparar la adaptación durante 2025. ¿Qué sectores están obligados a cumplir con NIS2? Sectores esenciales como energía, transporte, salud, agua y administración pública, y sectores importantes como alimentación, productos químicos, servicios postales y digitales, entre otros. ¿Qué tipo de sanciones impone NIS2? Las sanciones pueden alcanzar los 10 millones de euros o el 2 % del

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Cómo implementar un programa de compliance en transporte

Cómo implementar un programa de compliance en transporte

En un sector tan regulado y expuesto como el del transporte, cumplir con la normativa no es una opción: es una necesidad crítica para la continuidad del negocio. Las sanciones regulatorias no solo implican pérdidas económicas, sino que pueden conllevar la paralización de operaciones, pérdida de licencias y un daño reputacional difícil de revertir. Por eso, entender cómo implementar un programa de compliance en empresas de transporte para evitar sanciones regulatorias se convierte en una prioridad estratégica. El Compliance permite identificar riesgos legales, establecer medidas preventivas y generar una cultura organizativa basada en la integridad. En este artículo te explicamos cómo estructurarlo correctamente, qué errores evitar y por qué cada empresa del sector debe tener su propio plan adaptado. Uno de los primeros pasos esenciales es contar con un sistema sólido como el que ofrece el servicio de Compliance, que puede adaptarse a las exigencias del sector transporte. ¿Por qué es crítico el compliance en el sector transporte? Las empresas de transporte, ya sean de mercancías o de pasajeros, operan bajo un marco legal muy exigente: normativas europeas, nacionales, laborales, fiscales, medioambientales, de seguridad vial, de protección de datos y de prevención penal. El incumplimiento de cualquiera de estas normas puede derivar en: Multas económicas elevadas. Suspensión temporal de licencias o autorizaciones. Responsabilidad penal de directivos y administradores. Investigaciones por parte de la Inspección de Transporte, Hacienda o la Agencia Española de Protección de Datos. Pérdida de confianza de clientes, aseguradoras y colaboradores. Además, la aprobación del Código Penal de 2010 introdujo la responsabilidad penal de las personas jurídicas, lo que obliga a las empresas a implementar modelos de prevención de delitos si quieren evitar consecuencias jurídicas graves. En este contexto, contar con un programa de Compliance específico y bien gestionado es la mejor forma de mitigar riesgos y demostrar diligencia ante cualquier posible inspección o procedimiento. ¿Qué es un programa de compliance y qué debe incluir? Un programa de compliance es un conjunto de políticas, procedimientos y controles diseñados para garantizar que la organización cumple con todas las normas legales y éticas aplicables. En el sector del transporte, un programa eficaz debe incluir: 1. Diagnóstico de riesgos normativos Consiste en identificar los riesgos legales y operativos más relevantes para la actividad de la empresa. En el caso del transporte, pueden ser: Infracciones en tiempos de conducción y descanso. Manipulación de tacógrafos. Transporte sin la documentación obligatoria. Subcontratación irregular de conductores. Incumplimiento de normativa medioambiental (emisiones, residuos). Fraude fiscal o laboral. Violación de normativa de protección de datos. 2. Políticas y procedimientos internos Debe desarrollarse una estructura documental clara, que incluya: Código ético adaptado a la actividad. Manual de prevención de delitos. Procedimientos operativos y de control. Canal de denuncias interno. Protocolos ante inspecciones o requerimientos regulatorios. 3. Formación continua Un plan de formación obligatorio y periódico para todo el personal, especialmente para mandos intermedios, conductores, responsables de tráfico y directivos.Es fundamental que todos conozcan sus obligaciones legales y sepan cómo actuar ante una situación de riesgo. 4. Designación de un compliance officer La empresa debe nombrar a un responsable de cumplimiento con autonomía y autoridad, encargado de supervisar el programa, gestionar las denuncias y revisar los procedimientos. 5. Supervisión y actualización continua El programa debe auditarse con regularidad, actualizarse ante cambios normativos y registrar todas las actuaciones para poder acreditar diligencia. Implementar estas medidas con el acompañamiento experto de un sistema como el Compliance facilita el cumplimiento eficaz y reduce la exposición a sanciones. Consecuencias de no contar con un programa de compliance La falta de un sistema de compliance expone a las empresas de transporte a riesgos muy reales, entre ellos: Delitos económicos o laborales cometidos por empleados o directivos. Investigaciones penales en las que la empresa puede ser imputada. Pérdida de contratos públicos por no poder acreditar medidas de prevención. Costes legales imprevistos. Sanciones reiteradas que pueden implicar el cierre de la actividad. Además, las compañías aseguradoras y grandes operadores logísticos ya exigen garantías de cumplimiento a sus proveedores. No disponer de un modelo de prevención puede suponer la exclusión directa de licitaciones y procesos de contratación. ¿Cómo empezar a implementar un programa de compliance en una empresa de transporte? Paso 1: Implicación de la dirección La alta dirección debe asumir el compromiso formal y activo con el cumplimiento normativo, impulsando los recursos necesarios y participando en el diseño del sistema. Paso 2: Evaluación de riesgos específicos Es necesario realizar una evaluación individualizada de la empresa, teniendo en cuenta: Tipo de transporte (carretera, urbano, internacional…) Tamaño de la flota Régimen de contratación de conductores Contratos con terceros Normativas sectoriales aplicables Paso 3: Diseño del modelo Sobre la base de los riesgos detectados se construye el modelo de compliance: qué procedimientos se establecen, cómo se controlan, cómo se auditan y cómo se actualizan. Paso 4: Formación e implementación El personal debe recibir formación clara, práctica y adaptada a su puesto de trabajo. Además, es fundamental documentar toda la implementación: registros, informes, actas, evidencias… Paso 5: Monitoreo y mejora continua Un modelo eficaz no es estático: debe revisarse periódicamente, incorporar nuevas normativas y adaptarse a los cambios operativos de la empresa. Casos reales de sanciones por falta de compliance en transporte Existen numerosos casos en los que la falta de control interno ha derivado en sanciones graves: Empresa de transporte escolar sancionada con 60.000 € por no verificar antecedentes de conductores. Transportista con flota subcontratada en situación irregular: multa de 120.000 € por cesión ilegal de trabajadores. Empresa imputada penalmente por manipulación de tacógrafos cometida por sus empleados. Investigación de la AEPD a compañía logística por no proteger adecuadamente los datos de geolocalización de sus vehículos. Estos ejemplos muestran cómo un fallo en los controles puede tener consecuencias legales graves, incluso cuando la empresa no tenía intención de incumplir. Normativa aplicable al compliance en transporte El programa debe construirse teniendo en cuenta una amplia variedad de normas, entre ellas: Código Penal (responsabilidad penal de personas jurídicas) Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de Derechos Digitales Reglamento

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¿Está tu ciberseguridad lista para la era de la inteligencia artificial?

¿Está tu ciberseguridad lista para la era de la inteligencia artificial?

La IA se consolida como aliada clave para prevenir, detectar y responder ante ciberataques cada vez más sofisticados. Las organizaciones deben adoptar un enfoque estratégico que combine automatización, cumplimiento normativo y formación adaptada. Herramientas de IA permiten anticipar amenazas, automatizar respuestas e identificar vulnerabilidades en tiempo real. La implementación debe acompañarse de modelos de gobernanza robustos para gestionar riesgos y evitar nuevos vectores de ataque. IA y ciberseguridad: oportunidad y necesidad en un entorno cambiante El auge de la inteligencia artificial (IA) ha abierto nuevas posibilidades para mejorar la ciberseguridad empresarial, aunque muchas organizaciones aún no saben por dónde empezar. La creciente complejidad de los ciberataques —cada vez más automatizados y sofisticados— obliga a las empresas a adoptar tecnologías avanzadas para prevenir, detectar y responder con agilidad. Ignorar esta transformación supone riesgos reales: desde la pérdida de datos y el daño reputacional hasta sanciones regulatorias. Aprovechar las capacidades de la IA ya no es una ventaja competitiva, sino una necesidad estratégica. Cumplir con las exigencias normativas Además de los riesgos técnicos, las organizaciones deben responder a exigencias regulatorias cada vez más estrictas. Los ciberataques exitosos pueden tener un coste elevado no solo en términos económicos, sino también en pérdida de confianza. Las normas actuales exigen resiliencia operativa, es decir, la capacidad de restaurar los servicios dentro de unos plazos definidos. Para ello, la prevención activa es clave. Incorporar IA en los procesos de gestión del riesgo permite demostrar un entorno de control sólido y reducir los efectos de potenciales incidentes, especialmente en sectores regulados. Inteligencia y predicción de amenazas Gracias al procesamiento de lenguaje natural (NLP) y al aprendizaje automático, la IA puede analizar grandes volúmenes de datos —internos y externos— para identificar señales tempranas de amenazas. Esto incluye el rastreo de la dark web, informes de ciberseguridad o bases de datos del sector. Mediante modelos predictivos, se pueden anticipar ataques como el ransomware o el phishing, evaluando su probabilidad y potencial impacto. La IA también puede asignar puntuaciones de riesgo y priorizar amenazas según su nivel de sofisticación y criticidad para la organización. Detección y monitorización en tiempo real Uno de los usos más consolidados de la IA en ciberseguridad es la detección de anomalías en redes, sistemas, terminales de usuario y dispositivos IoT. El análisis de comportamiento permite detectar accesos inusuales, robos de identidad o intentos de intrusión antes de que se materialicen. Según el informe de CrowdStrike, el 79 % de los ataques detectados no implicaban malware, sino cuentas comprometidas. La IA, combinada con sistemas IAM (gestión de identidades y accesos), permite reaccionar al instante ante este tipo de amenazas. Automatización de la respuesta ante incidentes Una de las mayores ventajas de la IA es su capacidad para automatizar la respuesta ante incidentes, adaptándola al contexto específico de cada ataque. Acciones como bloquear direcciones IP maliciosas, aislar dispositivos o suspender cuentas comprometidas pueden ejecutarse en segundos. La integración con plataformas SOAR permite aplicar protocolos predefinidos y acelerar la recuperación. Además, la IA facilita el análisis forense posterior y la generación de informes regulatorios de forma automatizada, cumpliendo con los requisitos legales de notificación. Formación y cultura de ciberseguridad con IA La IA también impulsa la formación adaptativa, simulando ciberataques como el phishing para concienciar al personal. Estas simulaciones pueden personalizarse según los perfiles más vulnerables, generando una cultura de seguridad proactiva. Además, permite identificar patrones de comportamiento de riesgo y diseñar campañas de sensibilización dirigidas a quienes manejan información crítica, reforzando así la protección desde dentro. Aprendizaje continuo y adaptación del sistema La IA aplicada a la ciberseguridad requiere un entrenamiento constante. Las empresas deben actualizar sus modelos con datos recientes, aplicar técnicas como el aprendizaje adversarial para evaluar su robustez y corregir posibles vulnerabilidades. La propia IA puede ser blanco de ataques, como en el caso de los “modelos envenenados”, por lo que se necesitan mecanismos de gobernanza y supervisión expertos que aseguren su uso responsable y seguro. Automatización del cumplimiento normativo El uso de IA también facilita el cumplimiento de normativas como el RGPD o PCI-DSS, permitiendo detectar desviaciones en tiempo real, generar informes automáticamente y ajustar los controles internos conforme a nuevas guías regulatorias. Esto refuerza la capacidad de auditoría, mejora la trazabilidad y ayuda a las organizaciones a demostrar cumplimiento ante inspecciones o brechas de seguridad. ¿Por dónde empezar? Para iniciar esta transformación, se recomienda crear un comité de ciberseguridad con perfiles estratégicos (dirección, IT, científicos de datos, expertos legales), definir las políticas de uso de la IA y establecer métricas de desempeño. La clave está en avanzar con una visión holística, que combine tecnología, personas y procesos. Solo así se podrá construir una infraestructura cibersegura, resiliente y adaptada a los retos del futuro.

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El RGPD: una normativa clave aún subestimada por muchas empresas

El RGPD: una normativa clave aún subestimada por muchas empresas

El incumplimiento del RGPD puede conllevar sanciones de hasta 20 millones de euros o el 4 % de la facturación anual. Muchas pequeñas empresas ignoran sus obligaciones o utilizan avisos legales copiados o genéricos. El caso de una tecnológica española en 2021 evidenció la necesidad de una protección robusta frente a ciberataques. Cumplir con el RGPD no solo evita sanciones, sino que refuerza la confianza y protege el activo más valioso: los datos. Una norma necesaria y vigente desde 2018 El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), en vigor desde mayo de 2018, establece un marco normativo común en la Unión Europea para garantizar la protección de los datos personales. Pese a su importancia, muchas compañías, especialmente las pequeñas, siguen sin asumir el nivel de compromiso que exige. En algunos casos, incluso se limitan a copiar avisos legales de otras webs o utilizar plantillas genéricas sin evaluar su adecuación. Esta actitud puede acarrear consecuencias graves no solo económicas, sino también de reputación, comprometiendo la confianza de los clientes y la credibilidad del negocio. Ciberataques, vulnerabilidades y sanciones Un ejemplo ilustrativo tuvo lugar en abril de 2021, cuando una empresa tecnológica española fue víctima de un ciberataque de tipo ransomware. El incidente expuso 100 GB de información confidencial de más de 13 millones de personas, incluyendo datos sensibles como nombres, DNIs, direcciones, datos bancarios e identificadores de dispositivos móviles. La información terminó filtrada en la Deepweb. Tras una investigación, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) detectó deficiencias en las medidas de seguridad aplicadas por la compañía y determinó una sanción histórica de 6,5 millones de euros. El caso sirvió para poner sobre la mesa la urgencia de fortalecer las garantías que ofrece el RGPD y la necesidad de revisión permanente de sus mecanismos. Las consecuencias de no cumplir el RGPD Las sanciones por incumplimiento del RGPD pueden ir desde los 40.000 euros en casos leves, hasta los 20 millones de euros o el 4 % de la facturación anual en infracciones muy graves. Las infracciones pueden estar relacionadas con el tratamiento de datos sin consentimiento, la falta de medidas de seguridad adecuadas o la cesión de datos a terceros sin contrato legal. La AEPD exige que las sanciones sean efectivas, proporcionadas y disuasorias. Por eso, no basta con incluir textos legales superficiales en la web; es esencial realizar un trabajo riguroso de análisis de riesgos, designación de responsables, información al usuario y aplicación de medidas técnicas y organizativas adecuadas. Obligaciones clave bajo el RGPD Entre los aspectos más relevantes que deben atender las organizaciones, destacan: Designar un Delegado de Protección de Datos (DPD) interno o contratar un servicio externo si no cuentan con personal especializado. Informar de forma clara a los ciudadanos sobre el uso de sus datos y recabar su consentimiento. Aplicar medidas de seguridad como cifrado, autenticación y firewalls, además de llevar un registro de actividades de tratamiento. Realizar auditorías periódicas, actualizar formularios y contar con un plan de respuesta ante incidentes de seguridad. Garantizar que colaboradores y proveedores también cumplan con la normativa vigente. Mucho más que evitar multas: proteger la confianza El RGPD no nació únicamente como un instrumento sancionador, sino como una herramienta para proteger los derechos fundamentales en un entorno digital cada vez más complejo. Ofrece a las empresas un marco claro para actuar con responsabilidad, reducir riesgos de brechas de seguridad y ganar la confianza de clientes y usuarios. A diferencia de la antigua LOPD de 1995, el RGPD exige un nivel mayor de compromiso y adaptación continua. La figura del Delegado de Protección de Datos se convierte en pilar clave, como garante de la confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información. En definitiva, cumplir con el RGPD no solo es una obligación legal, sino una estrategia fundamental para el crecimiento sostenible y la competitividad de cualquier organización en la economía digital actual.

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La AEPD someterá a prueba tecnologías emergentes para reforzar la protección de datos

La AEPD someterá a prueba tecnologías emergentes para reforzar la protección de datos

La Agencia Española de Protección de Datos abre a consulta pública su Plan Estratégico 2025-2030. Se prevé analizar tecnologías como reconocimiento facial, neurodatos, blockchain o cuántica. El plan propone una supervisión más inteligente y colaborativa con enfoque preventivo. El documento final se publicará en julio tras incorporar las aportaciones ciudadanas. Nuevos desafíos en privacidad: la AEPD se anticipa con tecnología La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha lanzado el borrador de su Plan Estratégico 2025-2030, abierto desde el 10 de abril a la participación ciudadana. Entre sus líneas prioritarias, la Agencia anuncia que probará tecnologías emergentes que plantean desafíos inéditos en materia de privacidad y protección de datos. En concreto, el texto recoge la intención de analizar y actualizar su posición sobre sistemas biométricos, reconocimiento facial, espacios de datos, neurodatos, tecnologías cuánticas, blockchain, procesos de anonimización e identidad digital. También se plantea desarrollar un sistema que asegure altos estándares de anonimización en la información publicada en portales de transparencia y otros repositorios públicos. Ocho principios rectores y seis ejes estratégicos El borrador se estructura en torno a ocho principios rectores y seis ejes de actuación, diseñados para anticipar riesgos y mejorar la capacidad de respuesta de la Agencia ante los cambios tecnológicos. El primer eje es la supervisión inteligente, que se apoyará en el uso de tecnología para mejorar la eficiencia y priorizar las acciones con mayor impacto. El segundo eje se centra en la innovación tecnológica, destacando la creación de un laboratorio de privacidad y tecnología, así como la colaboración con universidades, centros de investigación y autoridades europeas. Cooperación, cumplimiento y transformación digital El tercer eje plantea reforzar la cooperación nacional e internacional, integrando la protección de datos en sectores estratégicos. En cuarto lugar, se apuesta por facilitar el cumplimiento normativo, con especial atención a las pymes y al papel de los profesionales de la privacidad. El quinto eje impulsa la transformación digital y la excelencia organizativa, dotando a la AEPD de más recursos y herramientas. Finalmente, el sexto eje promueve una agencia más abierta y cercana, que favorezca la colaboración sectorial y la escucha activa para detectar riesgos emergentes. Consulta pública para un plan inclusivo Para garantizar un enfoque abierto y participativo, la AEPD ha habilitado un formulario en su web para que las partes interesadas puedan realizar aportaciones a uno o varios ejes estratégicos. Además, existe un apartado específico para incluir comentarios generales. Con este proceso, la Agencia busca adaptar su actuación a los retos actuales del entorno digital, detectar áreas de mejora y optimizar la planificación futura. La versión definitiva del Plan Estratégico 2025-2030 se publicará en el mes de julio, y servirá como hoja de ruta para los próximos años en materia de protección de datos.

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Nuevas obligaciones laborales en materia de inteligencia artificial

Nuevas obligaciones laborales en materia de inteligencia artificial

El seminario abordó el impacto del nuevo Reglamento de Inteligencia Artificial en el entorno laboral. Raúl Rubio expuso el calendario de aplicación del Reglamento y sus implicaciones prácticas. Se destacó la necesidad de establecer modelos de gobernanza sólidos para garantizar un uso ético y legal de la IA. También se trataron cuestiones clave como el absentismo laboral y el régimen de preavisos en procesos industriales. La regulación de la IA entra en el foco del debate jurídico-laboral En el marco del ciclo ‘Pérez-Llorca Laboral al Día’, el despacho celebró en su sede de Barcelona la sesión titulada «Nuevas obligaciones laborales en materia de Inteligencia Artificial». La jornada contó con la intervención de Manel Hernàndez y Marc París, expertos en derecho laboral del despacho, así como de Raúl Rubio, socio del área de Propiedad Intelectual, Industrial y Tecnología. La apertura del evento estuvo a cargo de Manel Hernàndez, quien abordó las principales tendencias que marcarán el ámbito laboral en los próximos meses. Entre ellas, mencionó los efectos de los aranceles estadounidenses sobre sectores clave en España y el creciente absentismo laboral, con un aumento del 10,5 % en las bajas por contingencias comunes. Propuso medidas de control compatibles con los derechos de los trabajadores, como la revisión de complementos por incapacidad temporal o políticas de seguimiento individualizado. Impacto del nuevo marco regulador sobre reestructuraciones industriales Hernàndez también analizó el Proyecto de Ley de Industria, en especial su exigencia de preavisos en supuestos de pérdida de capacidades industriales. Esta norma obligaría a comunicar con nueve meses de antelación cualquier proceso de reindustrialización a la Secretaría de Estado de Industria y a la Representación Legal de las personas trabajadoras. Ejemplos incluidos son reducciones del 65 % de la plantilla o la pérdida de 750 empleos en una región. Según el experto, este requisito podría generar “rigideces innecesarias” en la toma de decisiones empresariales. Sentencias recientes y su efecto sobre las relaciones laborales Por su parte, Marc París presentó un análisis de jurisprudencia destacada, con énfasis en la Sentencia del Tribunal Supremo del 5 de marzo de 2025. Esta resolución prohíbe eludir la subrogación de contratos mediante despidos pactados previos, reforzando la protección del artículo 44 del Estatuto de los Trabajadores. Según París, la sentencia “blinda” a los empleados ante estrategias que pretendan esquivar la responsabilidad empresarial en sucesiones de contratas. Aplicación práctica del Reglamento de IA en el entorno empresarial La intervención de Raúl Rubio ofreció una visión integral sobre el nuevo Reglamento de Inteligencia Artificial de la UE y su proyección sobre el entorno laboral. Destacó que el avance tecnológico ha superado a la normativa vigente, comparando la situación con la experiencia previa en protección de datos. Subrayó el 2 de agosto de 2025 como una fecha clave, cuando entrará en vigor el régimen sancionador. Rubio explicó que la normativa se aplicará en fases, comenzando en febrero de 2025 con las disposiciones generales y finalizando en agosto de 2027 con las obligaciones para sistemas de alto riesgo. Enfatizó el carácter extraterritorial del Reglamento, aplicable a cualquier empresa que opere en el mercado europeo, salvo las relacionadas con seguridad nacional. Clasificación de riesgos y gobernanza empresarial Uno de los puntos más relevantes fue el modelo de clasificación de riesgos del Reglamento, que contempla usos prohibidos, de alto, medio o bajo riesgo. Rubio señaló que inferir emociones en entornos laborales o educativos estará prohibido, salvo en casos justificados. También advirtió de las graves consecuencias legales del incumplimiento, que podrían ser severas en el nuevo marco legal. El experto recordó que el Anteproyecto de Ley para el Buen Uso y la Gobernanza de la IA, aún en tramitación, servirá como complemento del Reglamento europeo y desarrollará el régimen sancionador específico en España. Estructuras sólidas para una IA ética Para cerrar la jornada, Rubio defendió la necesidad de establecer estructuras de gobernanza robustas que garanticen el uso responsable y legal de la IA. Propuso definir con claridad funciones, responsabilidades y mecanismos de supervisión para integrar esta tecnología en los procesos empresariales con garantías jurídicas. El encuentro concluyó con un animado turno de preguntas, en el que los asistentes plantearon dudas prácticas sobre la aplicación del nuevo marco normativo en las políticas de recursos humanos y gestión del talento.

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Checklist de requisitos del Esquema Nacional de Seguridad

Checklist de requisitos del Esquema Nacional de Seguridad

¿Estás seguro de que tu entidad cumple realmente con el Esquema Nacional de Seguridad? Tener políticas de ciberseguridad y unos cuantos controles técnicos no significa estar alineado con los requisitos exigidos por el ENS. De hecho, muchas organizaciones creen que cumplen… hasta que llega una auditoría y la realidad se impone con fuerza. Lo que muchos no ven es que el ENS no es un marco voluntario ni un trámite más, sino una obligación legal con impacto directo en la operativa, la reputación y la continuidad de las entidades que gestionan información del sector público. Y no cumplir —aunque sea por desconocimiento— puede traducirse en sanciones, exclusión de contratos y pérdida de confianza institucional. Por eso, cualquier checklist debe ir mucho más allá de marcar casillas: debe ser una herramienta estratégica para identificar brechas, anticipar riesgos y garantizar una adecuación real. Porque si algo hemos comprobado desde el Esquema Nacional de Seguridad, es que las organizaciones que confían en documentos genéricos rara vez superan una auditoría externa sin sobresaltos. Los errores invisibles que desactivan cualquier checklist del ENS Este error lo hemos visto decenas de veces: equipos que confían en una plantilla estándar sin adaptar los controles a sus sistemas, tamaño, estructura o criticidad. El resultado es una falsa sensación de cumplimiento que no resiste una verificación técnica ni documental mínimamente rigurosa. Estos son los fallos más frecuentes que hemos identificado: Usar listados desactualizados: muchos siguen trabajando con versiones anteriores del ENS, sin incorporar los requisitos de la última actualización. Confundir medidas con procedimientos: marcar que “se tiene un firewall” no es suficiente si no hay políticas claras, responsables asignados y evidencia de su operativa. Ignorar la clasificación de la información: sin categorizar adecuadamente los activos, es imposible aplicar los controles según nivel de seguridad requerido. No evidenciar el cumplimiento: lo que no está documentado ni registrado, simplemente no existe ante un auditor. Olvidar el ciclo de mejora continua: el ENS exige revisión constante, no un cumplimiento puntual. Desconocer los roles internos: sin un responsable claro de seguridad y una estructura definida, los controles quedan en el aire. No realizar autoevaluaciones periódicas: muchas organizaciones no detectan desviaciones hasta que es demasiado tarde. La mayoría cree que cumple, pero no ha cruzado nunca un análisis externo serio. Y cuando se enfrentan al examen real, el desplome suele ser brusco. Una checklist útil empieza por entender el ENS de verdad Tener una buena checklist no es solo saber qué medidas hay que aplicar, sino cómo adaptarlas al contexto técnico, organizativo y de criticidad de cada entidad. Estas son algunas preguntas clave que deberían formar parte de una evaluación inicial seria: ¿Está clasificada la información según nivel de confidencialidad, integridad y disponibilidad? ¿Se han definido responsables claros para cada función de seguridad? ¿Hay un plan de continuidad y recuperación ante incidentes actualizado y probado? ¿Existe evidencia documental y técnica del cumplimiento de cada medida? ¿Se han realizado autoevaluaciones con informes y acciones correctoras? ¿Se tiene constancia del cumplimiento de proveedores externos implicados? Y, sobre todo: ¿se está trabajando con una guía adaptada al ENS vigente, o con un documento genérico que ya no aplica? Un checklist útil solo sirve si se enmarca en una estrategia profesional. Por eso, el Esquema Nacional de Seguridad no puede abordarse con soluciones estándar. El coste de no actuar a tiempo Puede parecer que cumplir con el ENS es complejo, y lo es. Pero el coste de no cumplir es mucho mayor: cancelación de contratos públicos, sanciones por incumplimientos, brechas de seguridad no gestionadas… y todo esto con impacto directo en la confianza de clientes e instituciones. En Audidat lo hemos vivido: entidades que estaban convencidas de “tenerlo todo”, y que terminaron paralizando proyectos clave por no poder justificar el cumplimiento. La buena noticia es que el acompañamiento profesional puede evitar todo eso desde el principio, con una adecuación progresiva, adaptada y orientada a resultados reales. Evaluamos tu situación, te guiamos paso a paso y construimos una hoja de ruta realista hacia el cumplimiento completo del Esquema Nacional de Seguridad. Preguntas frecuentes sobre el ENS ¿Qué entidades están obligadas a cumplir con el Esquema Nacional de Seguridad? Todas las entidades que gestionan información o servicios electrónicos del sector público, incluidas empresas privadas que trabajan con la administración. ¿Es necesario pasar una auditoría externa? Sí, en niveles medio y alto es obligatoria cada dos años. En nivel básico se puede optar por una autoevaluación, pero debe estar bien documentada. ¿El ENS es compatible con ISO 27001? Sí, comparten principios y estructura, aunque el ENS tiene requisitos específicos que deben abordarse de forma diferenciada. ¿Cuánto tiempo lleva adecuarse al ENS? Depende del punto de partida y del nivel de seguridad requerido. Con acompañamiento experto, muchas organizaciones lo consiguen en unos meses.

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Checklist para implementar un programa de compliance penal efectivo

Checklist para implementar un programa de compliance penal efectivo

Puede que pienses que tu empresa “ya está cubierta” porque tiene un código ético o unas políticas internas que todos conocen. O que basta con haber asignado a alguien responsable del cumplimiento normativo. Pero ¿estás seguro de que tu organización podría demostrar de forma fehaciente que previene delitos y protege a sus administradores en caso de una investigación penal? Lo que muchos no ven es que la mera existencia de un documento no equivale a un verdadero programa de cumplimiento. Y ese error, cada vez más común, puede costar caro. Porque hoy, los jueces y fiscales ya no se quedan en la superficie: exigen evidencias claras, actualizadas y operativas de que el compliance penal no es solo papel mojado. Desde el inicio, cualquier intento serio pasa por asumir que un programa eficaz no nace de un documento modelo, sino de un enfoque estratégico, personalizado y dinámico. Si no se activa desde dentro, no protege desde fuera. Y aquí es donde entra en juego el valor real del Compliance. Los 8 errores que destruyen un compliance penal antes de empezar Este error lo hemos visto decenas de veces: empresas que implantan un programa de compliance solo para “tenerlo”, sin entender que su única utilidad real es evitar responsabilidad penal. Si no está vivo, integrado y actualizado, es solo un formalismo. A continuación, desgranamos los fallos más comunes —e invisibles— al implementar un programa de compliance penal: Checklist como único recurso: usar listas genéricas sin adaptar a la actividad, estructura y riesgos reales de la empresa. Confusión entre ética y prevención penal: creer que con un código de conducta o canal de denuncias ya se cumple. Falsa sensación de cumplimiento: disponer de documentos pero sin evidencia de su implementación real. Sin cultura interna: no formar ni implicar a los empleados en la identificación y prevención de riesgos. Desactualización normativa: no revisar el programa ante cambios legislativos o nuevas actividades. Responsables sin formación adecuada: delegar en perfiles no cualificados o sin experiencia penal. No revisar ni auditar: confiar en que lo implantado hace años sigue siendo válido hoy. Ausencia de trazabilidad: no poder demostrar que el programa se aplica y actualiza de forma efectiva. Muchos creen que cumplir es tener “el papel en regla”. Pero en materia penal, lo que no se demuestra, no existe. La checklist sí importa, pero solo si parte de un enfoque real Un buen checklist no es un atajo, sino una herramienta cuando forma parte de un sistema de gestión completo y adaptado. Estas son algunas de las preguntas clave que deberían guiar el proceso: ¿Hemos identificado todos los delitos aplicables a nuestra actividad? ¿Existe un mapa de riesgos actualizado con medidas concretas? ¿El órgano de cumplimiento está definido, formado y operativo? ¿El canal de denuncias funciona y garantiza confidencialidad? ¿Hacemos revisiones periódicas y auditorías internas del sistema? ¿Contamos con registros verificables de formación y acciones correctoras? Solo cuando todas estas respuestas son afirmativas y están documentadas, el programa puede empezar a considerarse eficaz. Y aquí es donde el acompañamiento profesional marca la diferencia: el Compliance no es un checklist, es una estrategia. ¿Qué pasa si no actúas ahora? La mayoría de empresas no actúan por desconocimiento o por confiar en que “nunca pasará nada”. Pero la realidad es otra: los delitos empresariales no siempre nacen de la mala fe, sino de la omisión, el descontrol o la falta de supervisión. Y esa línea fina entre la negligencia y la responsabilidad penal directa puede arrastrar al administrador a consecuencias graves. Audidat lo ha visto: organizaciones que creían cumplir y acabaron inmersas en procedimientos penales por no poder acreditar que su compliance era real, no formal. La buena noticia es que aún estás a tiempo de construir un sistema eficaz, personalizado y sin complicaciones. Evaluamos tu caso, identificamos tus riesgos reales y te acompañamos en la implantación sin que eso implique frenar tu actividad. Habla con un consultor y transforma esa checklist en una herramienta viva con el respaldo profesional del Compliance. Preguntas frecuentes sobre compliance penal ¿Es obligatorio tener un programa de compliance penal? No es obligatorio, pero sí es la única forma de eximir a la empresa de responsabilidad penal en caso de delito cometido por directivos o empleados. ¿Quién debe encargarse de su implantación? Lo ideal es contar con un equipo experto externo que trabaje junto con la dirección y áreas clave para asegurar su efectividad y adaptación real. ¿Cuánto tiempo se tarda en implementarlo? Depende del tamaño y complejidad de la empresa, pero en muchos casos puede implantarse en pocas semanas si se trabaja con una metodología clara. ¿Qué diferencia hay entre compliance penal y compliance general? El compliance penal se centra exclusivamente en prevenir delitos y eximir de responsabilidad penal, mientras que el compliance general abarca cumplimiento normativo más amplio.

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