Una brecha de seguridad es un incidente, de origen accidental o intencionado, que afecta a la seguridad de los datos de carácter personal, tratados digitalmente o en formato papel. En general, se trata de un suceso que ocasione destrucción, pérdida, alteración, comunicación o acceso no autorizado a datos personales.
El RGPD habla de “violaciones” de seguridad, sin embargo, la Agencia Española de Protección de Datos prefiere el término “brechas”
La mejor forma de evitar una brecha y sus costosas multas es contar con un plan de acción previamente establecido con el objetivo de garantizar que se adopten las soluciones de seguridad correctas en toda la empresa, independientemente del tamaño de esta.
Para mantener la seguridad de los datos, Kaspersky recomienda seguir estos consejos:
- Enseña a los empleados las reglas básicas de seguridad. Como, por ejemplo, no abrir o almacenar archivos de correos electrónicos o sitios web desconocidos, ya que pueden dañar a toda la compañía.
- Recuerda de forma regular a los empleados cómo deben tratar los datos sensibles. Por ejemplo, deberán almacenar estos datos exclusivamente en servicios en la nube de confianza que utilicen un sistema de autentificación en el acceso y no deberán compartirlos con terceras partes que no sean de confianza.
- Refuerza el uso de software legítimo, descargado de fuentes oficiales.
- Realiza copias de seguridad de los datos básicos y actualiza el equipo informático y las aplicaciones de forma regular.
Vivimos en un contexto hiperconectado en el que el trafico de datos se ha convertido en una moneda de cambio, por lo que debemos establecer medidas oportunas para evitar fallos de seguridad, así como los mecanismos de respuesta rápida para su correcta gestión en el caso de producirse.
Con una buena planificación y el asesoramiento de profesionales podremos prevenir o resolver la brecha, minimizar las consecuencias y evitar que vuelva a suceder en el futuro.
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Autor: Antonino Puccio
