¿Estás seguro de que tu entidad cumple realmente con el Esquema Nacional de Seguridad? Tener políticas de ciberseguridad y unos cuantos controles técnicos no significa estar alineado con los requisitos exigidos por el ENS. De hecho, muchas organizaciones creen que cumplen… hasta que llega una auditoría y la realidad se impone con fuerza.
Lo que muchos no ven es que el ENS no es un marco voluntario ni un trámite más, sino una obligación legal con impacto directo en la operativa, la reputación y la continuidad de las entidades que gestionan información del sector público. Y no cumplir —aunque sea por desconocimiento— puede traducirse en sanciones, exclusión de contratos y pérdida de confianza institucional.
Por eso, cualquier checklist debe ir mucho más allá de marcar casillas: debe ser una herramienta estratégica para identificar brechas, anticipar riesgos y garantizar una adecuación real. Porque si algo hemos comprobado desde el Esquema Nacional de Seguridad, es que las organizaciones que confían en documentos genéricos rara vez superan una auditoría externa sin sobresaltos.
Los errores invisibles que desactivan cualquier checklist del ENS
Este error lo hemos visto decenas de veces: equipos que confían en una plantilla estándar sin adaptar los controles a sus sistemas, tamaño, estructura o criticidad. El resultado es una falsa sensación de cumplimiento que no resiste una verificación técnica ni documental mínimamente rigurosa.
Estos son los fallos más frecuentes que hemos identificado:
Usar listados desactualizados: muchos siguen trabajando con versiones anteriores del ENS, sin incorporar los requisitos de la última actualización.
Confundir medidas con procedimientos: marcar que “se tiene un firewall” no es suficiente si no hay políticas claras, responsables asignados y evidencia de su operativa.
Ignorar la clasificación de la información: sin categorizar adecuadamente los activos, es imposible aplicar los controles según nivel de seguridad requerido.
No evidenciar el cumplimiento: lo que no está documentado ni registrado, simplemente no existe ante un auditor.
Olvidar el ciclo de mejora continua: el ENS exige revisión constante, no un cumplimiento puntual.
Desconocer los roles internos: sin un responsable claro de seguridad y una estructura definida, los controles quedan en el aire.
No realizar autoevaluaciones periódicas: muchas organizaciones no detectan desviaciones hasta que es demasiado tarde.
La mayoría cree que cumple, pero no ha cruzado nunca un análisis externo serio. Y cuando se enfrentan al examen real, el desplome suele ser brusco.
Una checklist útil empieza por entender el ENS de verdad
Tener una buena checklist no es solo saber qué medidas hay que aplicar, sino cómo adaptarlas al contexto técnico, organizativo y de criticidad de cada entidad. Estas son algunas preguntas clave que deberían formar parte de una evaluación inicial seria:
¿Está clasificada la información según nivel de confidencialidad, integridad y disponibilidad?
¿Se han definido responsables claros para cada función de seguridad?
¿Hay un plan de continuidad y recuperación ante incidentes actualizado y probado?
¿Existe evidencia documental y técnica del cumplimiento de cada medida?
¿Se han realizado autoevaluaciones con informes y acciones correctoras?
¿Se tiene constancia del cumplimiento de proveedores externos implicados?
Y, sobre todo: ¿se está trabajando con una guía adaptada al ENS vigente, o con un documento genérico que ya no aplica? Un checklist útil solo sirve si se enmarca en una estrategia profesional. Por eso, el Esquema Nacional de Seguridad no puede abordarse con soluciones estándar.
El coste de no actuar a tiempo
Puede parecer que cumplir con el ENS es complejo, y lo es. Pero el coste de no cumplir es mucho mayor: cancelación de contratos públicos, sanciones por incumplimientos, brechas de seguridad no gestionadas… y todo esto con impacto directo en la confianza de clientes e instituciones.
En Audidat lo hemos vivido: entidades que estaban convencidas de “tenerlo todo”, y que terminaron paralizando proyectos clave por no poder justificar el cumplimiento. La buena noticia es que el acompañamiento profesional puede evitar todo eso desde el principio, con una adecuación progresiva, adaptada y orientada a resultados reales.
Evaluamos tu situación, te guiamos paso a paso y construimos una hoja de ruta realista hacia el cumplimiento completo del Esquema Nacional de Seguridad.
Preguntas frecuentes sobre el ENS
¿Qué entidades están obligadas a cumplir con el Esquema Nacional de Seguridad?
Todas las entidades que gestionan información o servicios electrónicos del sector público, incluidas empresas privadas que trabajan con la administración.
¿Es necesario pasar una auditoría externa?
Sí, en niveles medio y alto es obligatoria cada dos años. En nivel básico se puede optar por una autoevaluación, pero debe estar bien documentada.
¿El ENS es compatible con ISO 27001?
Sí, comparten principios y estructura, aunque el ENS tiene requisitos específicos que deben abordarse de forma diferenciada.
¿Cuánto tiempo lleva adecuarse al ENS?
Depende del punto de partida y del nivel de seguridad requerido. Con acompañamiento experto, muchas organizaciones lo consiguen en unos meses.