Las organizaciones actuales están llamadas a promover un entorno laboral justo, inclusivo y libre de cualquier forma de discriminación. Sin embargo, en muchas empresas persisten desigualdades en procesos de contratación, promoción, retribución o conciliación. Para corregir estas situaciones y garantizar un marco de equidad real, surge una herramienta clave: el plan de igualdad de empresas.
Lejos de ser un simple documento formal, se trata de una estrategia integral que articula medidas concretas para asegurar la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el ámbito laboral. Además, en compañías con 50 o más personas trabajadoras, disponer de un Plan de Igualdad no es una opción, sino una obligación legal cuyo incumplimiento puede derivar en sanciones y pérdida de competitividad.
Qué es un plan de igualdad de empresas
Un plan de igualdad es un conjunto ordenado de medidas, adoptadas después de realizar un diagnóstico de la situación, orientadas a eliminar desigualdades entre mujeres y hombres en una organización.
El plan:
Se negocia entre la empresa y la representación legal de las personas trabajadoras.
Debe quedar registrado en el Registro de Planes de Igualdad (REGCON).
Tiene una duración máxima de cuatro años, con evaluaciones periódicas.
No se trata de un documento estático, sino de un instrumento dinámico y adaptado a la realidad de cada empresa.
Para qué sirve un plan de igualdad en la práctica
Más allá del cumplimiento normativo, el plan de igualdad cumple múltiples funciones estratégicas:
Detectar y corregir desigualdades reales en contratación, promoción o retribución.
Garantizar la transparencia en procesos de selección y evaluación.
Favorecer la conciliación de la vida laboral, personal y familiar.
Prevenir el acoso sexual y por razón de sexo mediante protocolos claros.
Impulsar la formación y promoción profesional de toda la plantilla en igualdad de condiciones.
Mejorar el clima laboral y la motivación del personal.
En definitiva, sirve para convertir la igualdad en un eje transversal de la gestión empresarial.
Marco normativo aplicable
La obligatoriedad de los planes de igualdad está regulada por:
Ley Orgánica 3/2007, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres.
Real Decreto-ley 6/2019, que amplió progresivamente la obligación según el número de personas trabajadoras.
Real Decreto 901/2020, que regula su negociación y registro.
Real Decreto 902/2020, sobre igualdad retributiva.
De acuerdo con esta normativa, las empresas con 50 o más personas en plantilla deben contar con un plan negociado, registrado y en vigor.
Quiénes están obligados a tener un plan de igualdad
Empresas con 50 o más personas trabajadoras.
Entidades sancionadas por discriminación laboral.
Organizaciones cuyo convenio colectivo lo establezca.
Compañías que optan por aplicarlo voluntariamente, para acceder a contratos públicos o reforzar su responsabilidad social.
Fases de un plan de igualdad en la empresa
Un plan de igualdad debe desarrollarse siguiendo una metodología clara y transparente:
1. Constitución de la comisión negociadora
Con representantes de la empresa y de los trabajadores.
2. Diagnóstico de situación
Análisis de la realidad en áreas como:
procesos de contratación,
clasificación profesional,
formación,
promoción,
retribuciones,
conciliación y corresponsabilidad,
salud laboral,
protocolos frente al acoso.
3. Diseño de medidas
Definición de objetivos, acciones concretas, responsables, indicadores y plazos.
4. Negociación, aprobación y registro
El plan debe inscribirse en el REGCON para ser válido.
5. Implantación y seguimiento
Revisión periódica de la eficacia de las medidas y actualización en caso necesario.
Ventajas de contar con un plan de igualdad
Más allá de la obligatoriedad legal, disponer de un plan aporta ventajas competitivas:
Evita sanciones económicas y pérdida de ayudas públicas.
Mejora la reputación corporativa frente a clientes, proveedores y administraciones.
Favorece la retención y atracción de talento.
Incrementa la productividad al mejorar el clima laboral.
Facilita el acceso a licitaciones públicas.
Errores comunes al implantar un plan de igualdad
Usar modelos genéricos sin adaptarlos a la realidad de la empresa.
No implicar a la alta dirección ni a mandos intermedios.
Tratarlo como un trámite documental en lugar de una estrategia de gestión.
No destinar recursos para su implantación y seguimiento.
Olvidar la obligación de actualizarlo cada cuatro años o cuando cambien las circunstancias.
Solución profesional en planes de igualdad
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Preguntas frecuentes sobre el plan de igualdad en empresas
¿Qué vigencia tiene un plan de igualdad?
Generalmente cuatro años, aunque debe revisarse periódicamente y actualizarse si cambian las condiciones de la empresa.
¿Es obligatorio registrar el plan de igualdad?
Sí. Sin inscripción en el REGCON, el plan carece de validez legal.
¿Qué ocurre si una empresa obligada no lo aplica?
Se enfrenta a sanciones económicas, pérdida de bonificaciones y exclusión de contratos públicos.
¿El plan de igualdad es solo para grandes empresas?
No. A partir de 50 personas trabajadoras ya es obligatorio, y cualquier entidad puede aplicarlo voluntariamente.
¿Incluye medidas contra el acoso laboral?
Sí. Es obligatorio incorporar protocolos de prevención y actuación frente al acoso sexual y por razón de sexo.