Cumplir con el Esquema Nacional de Seguridad (ENS) no es opcional si trabajas con la Administración Pública. Y sin embargo, muchas empresas proveedoras siguen actuando como si lo fuera. Algunas lo ignoran, otras creen que con una política de seguridad genérica ya cumplen, y muchas ni siquiera saben por dónde empezar.
El problema no es solo legal. Están en juego contratos, reputación y la continuidad del negocio. Cada vez más licitaciones incluyen el ENS como requisito, y no tenerlo validado es quedar fuera de la partida. Por eso, entender qué implica realmente esta obligación es clave para cualquier empresa que quiera mantenerse como proveedora pública.
Un primer paso seguro es apoyarse en soluciones como el Esquema Nacional de Seguridad de Audidat, que transforma un reto complejo en una estrategia clara, realista y alineada con tu nivel de madurez.
Lo que muchos no ven del ENS (y pagan caro)
¿Estás seguro de que tu sistema de información cumple con las 75 medidas de seguridad del ENS? ¿Tienes documentación trazable, evaluaciones de riesgo actualizadas y un responsable de seguridad designado?
Este error lo hemos visto decenas de veces: empresas que subestiman el ENS, y cuando llega una auditoría o una exigencia del cliente público, se paralizan, pierden contratos o deben resolver todo con prisas, costes elevados y muchas tensiones.
El Esquema Nacional de Seguridad no es un checklist que se cumple en un día. Es una cultura de seguridad, una forma de demostrar confianza, compromiso y capacidad operativa.
Las consecuencias de no tomárselo en serio
Ignorar el ENS o abordarlo superficialmente puede tener consecuencias graves:
Exclusión de licitaciones públicas
Resolución de contratos en vigor
Pérdida de confianza por parte de los organismos contratantes
Sanciones por incumplimientos derivados de brechas de seguridad
Y todo esto por no haber invertido tiempo en comprender qué exige realmente la norma y cómo adaptarla a la realidad de tu empresa.
Lo que exige el ENS (y no puedes improvisar)
El ENS establece un marco común para la protección de los sistemas de información en el ámbito público. Algunas exigencias clave:
Políticas y procedimientos formalizados
Análisis y gestión de riesgos actualizados
Medidas organizativas, operativas y de protección
Auditorías periódicas y mejora continua
No basta con «tener un antivirus» o «usar contraseñas fuertes». Cumplir el ENS requiere metodología, conocimiento normativo y aplicación real. Justo lo que ofrece el servicio Esquema Nacional de Seguridad de Audidat.
Antes de que sea tarde
Puede que pienses que «nadie lo está pidiendo aún», o que «cuando toque, ya se verá». Pero cada vez más organismos lo exigen, y cuando lo hacen, esperan resultados inmediatos, no excusas.
La mayoría de las pérdidas por incumplimiento no vienen de sanciones, sino de oportunidades que se esfuman sin avisar. Contratos que no se ganan. Confianza que se pierde.
Por eso, en Audidat analizamos tu situación, medimos el gap frente al ENS y te acompañamos en la adecuación con enfoque realista, sin sobrecostes ni complejidades innecesarias. El punto de partida está en el Esquema Nacional de Seguridad.
Preguntas frecuentes sobre el ENS para proveedores públicos
¿Qué empresas están obligadas a cumplir el ENS?
Todas las que prestan servicios a la Administración Pública y acceden o gestionan información clasificada o sistemas del sector público.
¿Cuál es la diferencia entre ENS alto, medio o básico?
Depende del tipo de información y sistemas que manejes. Cada nivel exige medidas de seguridad diferentes.
¿Cuánto tiempo lleva adaptarse al ENS?
Depende del punto de partida. Con diagnóstico previo y acompañamiento experto, puede ser un proceso ágil y progresivo.
¿Se puede certificar una PYME?
Sí, aunque no es obligatorio certificar, muchas pymes se adaptan para no quedar fuera de contratos.
¿Es obligatorio tener una auditoría externa?
Sí, especialmente si el nivel de aplicación es medio o alto. Debe realizarse cada dos años.