Las empresas de más de 50 personas deben tener ya un plan de igualdad LGTBI tras el plazo de adaptación.
No negociar el plan adecuadamente puede acarrear sanciones y dañar la reputación empresarial.
La formación interna es clave para garantizar la efectividad de las medidas de igualdad.
La gestión positiva de la diversidad supone una inversión estratégica en las personas y en el futuro empresarial.
La obligación de implantar un plan de igualdad LGTBI
Desde abril de 2025, todas las empresas con más de 50 personas trabajadoras deben contar con un plan de medidas para la igualdad LGTBI, tras el periodo de seis meses de adaptación establecido. No cumplir con esta obligación puede implicar sanciones por parte de la Inspección de Trabajo y afectar negativamente a la imagen social y reputacional de la empresa.
Sin embargo, todavía muchas compañías no han iniciado el proceso de implantación. Rocío Guerrero, manager en el área laboral de CECA MAGÁN Abogados y experta en diversidad, advierte que una negociación sin la debida formación y sin acuerdo con la representación legal de la plantilla puede generar conflictos laborales: «La aprobación unilateral del plan debe ser el último recurso, no una solución rápida para evitar el diálogo. Sin transparencia y participación, el clima laboral y la legitimidad del plan pueden verse afectados», señala.
La formación como elemento esencial
Guerrero destaca que la formación es crucial para que el plan de igualdad LGTBI sea efectivo. «Para tener impacto real, la formación debe ser vivencial, contextualizada y continuada. No basta con sesiones genéricas; deben adaptarse al sector, a los perfiles de la plantilla y a los valores de la organización», explica. Además, recalca la importancia de que el equipo directivo muestre un compromiso visible para consolidar los avances.
Diversidad como inversión de futuro
Más allá del mero cumplimiento legal, la experta subraya la oportunidad que tienen las empresas de reforzar sus valores positivos: «Cumplir con la norma es solo el principio. El verdadero valor está en generar espacios seguros para todas las personas. Una diversidad bien gestionada es una inversión en el talento y en el futuro de la organización», concluye.