Rellenar formularios online sin revisar la letra pequeña puede dar acceso a nuestros datos personales.
El RGPD exige consentimiento explícito para el uso de datos, pero muchas políticas de privacidad son poco claras.
Existen mercados de compraventa de datos telefónicos que alimentan a los centros de llamadas.
Se recomienda el uso de apps bloqueadoras, revisar consentimientos y solicitar la eliminación de información.
Una cesión inadvertida de datos personales
Las llamadas de spam se han convertido en una molestia persistente para millones de personas. Sin embargo, más allá del fastidio cotidiano, lo preocupante es cómo los centros de llamadas acceden a nuestra información personal. Según revela el medio italiano Ange News, en muchos casos somos nosotros mismos quienes, sin saberlo, autorizamos el uso de nuestros datos al rellenar formularios en línea.
El problema radica en la opacidad de muchas políticas de privacidad. Al no ser claras ni accesibles, facilitan la recolección de información por parte de empresas que luego la venden a terceros, incluidos centros de telemarketing. Esta práctica vulnera los principios de transparencia que establece el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) vigente en la Unión Europea.
Mercado oculto de datos telefónicos
De acuerdo con la publicación, existe un auténtico «mercado» donde se comercian listas de números de teléfono. Muchas compañías no transparentes obtienen esta información mediante promociones, formularios con condiciones poco visibles o incluso a través de sitios web que recogen datos de fuentes públicas y redes sociales. Posteriormente, estos datos son vendidos a empresas de llamadas masivas.
Los peligros de la suplantación y cómo protegerse
Una de las prácticas más alarmantes en auge es la suplantación de identidad durante las llamadas, una técnica con la que los delincuentes se hacen pasar por entidades legítimas para obtener aún más datos sensibles. Por ello, los expertos recomiendan tomar medidas preventivas.
Entre las acciones sugeridas destacan el uso de aplicaciones para bloquear llamadas no deseadas —como Truecaller, Sync.ME o Should I Answer—, así como la solicitud de eliminación de datos personales de bases de datos públicas. Además, es crucial revisar los consentimientos otorgados previamente y retirar los permisos innecesarios.
La clave está en actuar con cautela y estar informados sobre cómo y dónde se comparten nuestros datos. Aunque el RGPD ofrece una base legal sólida para proteger nuestra privacidad, la vigilancia individual sigue siendo esencial.