Protección de Datos y el Derecho a Saber: Un Balance entre Privacidad y Conocimiento
- El derecho al honor, intimidad y propia imagen está protegido por la Constitución Española y desarrollado por leyes como la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos y garantía de derechos digitales (LOPDGDD).
- La AEPD vela por el cumplimiento de la normativa sobre protección de datos y sanciona las infracciones cometidas en este ámbito.
- El derecho a saber, en contraposición a la protección de datos, refleja la complejidad de equilibrar el conocimiento de la identidad propia con la privacidad.
Desde la promulgación de la Constitución Española en 1978, los derechos fundamentales como el honor, la intimidad personal y familiar, y la propia imagen han sido objeto de un desarrollo normativo continuo. Este proceso ha visto la inclusión de regulaciones específicas como la Ley 15/1999 y el Reglamento Europeo de Protección de Datos (GDPR).
Protección de Datos en la Era Digital
El GDPR ha introducido novedades significativas, como la creación del Delegado de Protección de Datos, enfatizando la importancia de la protección de datos personales en un mundo cada vez más digital. La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), por su parte, garantiza la tutela de estos derechos fundamentales, teniendo la capacidad de imponer sanciones significativas por infracciones.
El Derecho a Saber y la Identidad Personal
En contraposición a la protección de datos personales, el derecho a saber, entendido como un derecho natural, refleja la complejidad de balancear la privacidad con el deseo intrínseco de conocer la propia identidad y origen. Historias como la de la zamorana que buscaba a su familia revelan la tensión entre el derecho a la intimidad y la necesidad de conocer las propias raíces.
El Dilema de la Información Sensible
La existencia de «salas oscuras» en instituciones como el Hospital de Sotelo, destinadas a mantener en secreto los partos de madres solteras, ilustra la complejidad de este dilema. A pesar de los avances sociales y legales, aún persisten retos significativos para aquellos que buscan descubrir su verdadera identidad, enfrentándose a menudo a un muro de silencio.
Este balance entre la protección de datos personales y el derecho a saber subraya la necesidad de un marco legal y ético que proteja la intimidad sin negar el acceso a información personal vital. En última instancia, se trata de respetar tanto la privacidad como el deseo humano fundamental de conocer nuestras raíces y nuestra historia personal.
Fuente: El Día de Zamora
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