- Un estudio de la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE destaca la necesidad de mejorar y coordinar los sistemas de protección infantil en Europa.
- Los sistemas de protección infantil varían entre los Estados Miembros, con desafíos comunes como la fragmentación de servicios y la falta de recursos.
- La descentralización en algunos países, como España, crea disparidades en la calidad del servicio a nivel regional.
- El estudio propone mejorar la cooperación entre Estados, prohibir el castigo corporal y reforzar los sistemas de apoyo, especialmente para niños migrantes.
Un reciente estudio realizado por la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA) subraya la urgente necesidad de mejorar y coordinar los sistemas de protección infantil en la UE. Basado en datos actualizados de los 27 Estados Miembros, el informe analiza los avances y desafíos en la protección de los derechos de los niños y niñas, destacando la importancia de un enfoque basado en derechos, tal como lo establece la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU y la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE.
Desafíos en la protección infantil en Europa
El estudio enfatiza que, aunque todos los Estados Miembros cuentan con disposiciones legales para la protección infantil, existen grandes diferencias en la implementación y eficacia de estas normativas. Los sistemas de protección infantil varían considerablemente, influenciados por factores históricos, culturales y políticos. Un desafío común es la fragmentación de los servicios, lo que dificulta la coordinación y la asignación de recursos. Este problema es particularmente evidente en países como España, donde la descentralización permite adaptarse a necesidades locales, pero también genera disparidades en la calidad de los servicios entre regiones.
Buenas prácticas y áreas de mejora
Algunos países han implementado modelos exitosos, como el enfoque multidisciplinar y amigable para los niños del modelo Barnahus, utilizado en Suecia, Finlandia, Dinamarca y Noruega. Este modelo es un ejemplo de cómo un sistema coordinado y eficiente puede mejorar la protección infantil.
Sin embargo, la situación de los niños migrantes, especialmente aquellos no acompañados, sigue siendo una gran preocupación. Países como Suecia, Países Bajos y Alemania han desarrollado buenas prácticas en este ámbito, mientras que otros, como Grecia, Hungría e Italia, son más restrictivos. Esto resalta la necesidad de políticas inclusivas y coordinadas a nivel europeo.
Factores de riesgo y soluciones propuestas
El informe identifica varios factores que aumentan la vulnerabilidad infantil, como la falta de apoyo sociofamiliar y económico, barreras de acceso a servicios sociales, educativos y de salud, y deficiencias en los sistemas de protección. La desinstitucionalización de los cuidados, promoviendo modelos de acogida familiar y cuidados comunitarios, es vista como un aspecto clave para mejorar la protección infantil en Europa.
Para abordar estos desafíos, el estudio propone una serie de soluciones que incluyen mejorar la cooperación entre Estados Miembros, prohibir el castigo corporal, reforzar los servicios de apoyo, y desarrollar planes de acción rápida en situaciones de crisis. Además, en el ámbito digital, se destaca la necesidad de fomentar la alfabetización digital para proteger a los niños y niñas en línea.
Este estudio pone de relieve la importancia de un enfoque coordinado y eficiente para garantizar la protección y bienestar de los niños en toda Europa, abogando por sistemas que sean inclusivos, bien coordinados y adecuadamente financiados.