El pasado 31 de mayo NOTICIAS CUATRO publicaba en su página web una noticia con el siguiente titular: “La Justicia alemana niega a unos padres el acceso al Facebook de su hija fallecida”.
Tal y como revela el diario digital, el tribunal competente ha fallado, desestimando la pretensión de los progenitores de obtener información a través de su cuenta con el fin de esclarecer el fallecimiento de la menor, a favor de Facebook, que rechaza la solicitud de los padres argumentando que en caso de que los mensajes de un usuario sean revelados, otros usuarios también estarían expuestos y se estaría incumpliendo la normativa de protección de datos.
La noticia pone de relieve la importancia de la figura del heredero del patrimonio digital. En la actualidad, la mayoría de las redes sociales permiten eliminar el perfil del usuario fallecido acreditando el parentesco o relación con el difunto y aportando los documentos necesarios para dar de baja al usuario. Sin embargo, aunque la cuenta pueda desaparecer de la vista del resto de los usuarios, los datos no se eliminan por completo y quedan almacenados en los servidores de la plataforma.
Al respecto, Francia ha sido pionera en legislar sobre los derechos digitales, permitiendo la posibilidad de designar un administrador de la herencia digital. Seguidamente Cataluña ha aprobado un proyecto de Ley sobre las últimas voluntades digitales. La finalidad es permitir que los familiares se puedan hacer cargo de los datos que existen en la red de un fallecido. Para facilitar esta labor, se prevé la creación de un registro para que las personas que lo deseen puedan designar un heredero digital a través de internet y sin necesidad de acudir a un notario.
Sin embargo esta propuesta tiene tantos defensores como detractores, puesto que, gran parte de las páginas webs donde nos registramos tienen su sede fuera de España y cuando lo hacemos aceptamos sus términos y condiciones de uso particulares.
Desde AUDIDAT, hacemos hincapié en la importancia que supone leer y entender la política de privacidad, cuya información debe proporcionarse en un lenguaje fácil de entender, claro y conciso que permita prestar el consentimiento expreso para el tratamiento de nuestros datos personales, tal y como regula el nuevo Reglamento de Protección de Datos 2016/679 (RGPD).
