Desde hace unos días Whatsapp vuelve a ser noticia. Desgraciadamente, el hecho de que esté en boca de todos supone, en este caso, algo negativo para los usuarios de la plataforma de mensajería. Y ello porque las autoridades europeas están investigando los intercambios de datos que lleva a cabo con Facebook.
Cuando Facebook adquirió Whatsapp, esta última pasó de un modelo de negocio de pago a uno gratuito, convirtiéndose entonces los datos de los usuarios en el valor central de la aplicación. Estos hechos ya preocuparon en su momento a los expertos en la materia, por las consecuencias que ello tendría sobre la privacidad de los usuarios.
Es cierto que mediante la utilización de determinadas medidas, como el famoso “cifrado de extremo a extremo”, Whatsapp pretende demostrar que la privacidad de los usuarios de su aplicación es de vital importancia para ellos. Sin embargo, las autoridades europeas en materia de protección de datos, y entre ellas la propia AEPD, están investigando las cesiones de datos que Whatsapp realiza en favor de Facebook.
Son tres los extremos que preocupan a las autoridades de control, a saber: la validez del consentimiento prestado por los usuarios y que habilita esta actividad por parte de las empresas en cuestión, la eficacia de los sistemas que la compañía tiene para que los usuarios puedan ejercitar sus derechos y los efectos que esta cesión de datos pueda tener sobre los usuarios que no utilizan la red social Facebook.
Es cierto que la mayoría de los ciudadanos son de la opinión de que no importan las intromisiones en la vida privada, pues ellos no realizan ninguna actividad ilegal. No obstante, esta opinión es fruto del desconocimiento que la ciudadanía en general tiene con respecto a la privacidad y a la protección de datos.
Cuando estamos en una red social, entramos a ver un vídeo que se ha hecho viral en la red o cuando realizamos una compra por Internet después de comprobar que es la mejor oferta, estamos creando un rastro en la red. Ese rastro contribuye a la formación del Big Data, y supone que se puedan crear de manera sencilla perfiles sobre cada uno de nosotros. Es por ello que, aun no realizando ningún tipo de actividad ilegal, las repercusiones que esta incursión en la privacidad tiene sobre nosotros son realmente amplias y, si no hacemos nada por evitarlo, esta situación acabará siendo incontrolable.
Aún queda, por tanto, un largo camino por recorrer hasta que los ciudadanos conozcan el verdadero potencial que su privacidad contiene. Las empresas, por su parte, deben tener en cuenta el valor de los datos personales, por lo que deben asegurarse de contar con un asesoramiento especializado en la materia, pues como bien ha señalado Sara M. Fernández, gerente de Consumo y Privacidad de Telefónica España, las empresas en general “deberían concienciarse que deben contar con un asesor, igual el que emplean en temas fiscales para tener la normativa de privacidad adecuada”. En este sentido, Audidat brinda este tipo de servicios, ofreciendo como garantía de calidad sus años de experiencia en el sector.
