¿Qué ocurriría si un programador denuncia vulneraciones en la privacidad de los usuarios o un proveedor detecta una mala praxis en el uso de datos? En el ecosistema tecnológico, donde la innovación convive con una alta exposición legal y reputacional, la implantación de un canal ético conforme a la Ley de Protección del Informante no es solo una obligación, sino una medida esencial de autoprotección.
Muchas empresas tecnológicas aún no han implementado este sistema, ya sea por desconocimiento de la normativa o por pensar que no les aplica. Sin embargo, operar sin un canal ético adaptado a las exigencias de la Ley 2/2023 puede acarrear sanciones, pérdida de contratos y daños irreparables a la imagen corporativa.
En este artículo conocerás en profundidad qué implica el cumplimiento de la Ley de Protección del Informante en el sector tecnológico, cómo debe ser un canal ético en estas organizaciones y qué pasos debes seguir para implantarlo correctamente. También analizamos los principales errores y cómo evitarlos.
Ya desde los primeros pasos, contar con un Canal ético se traduce en transparencia, confianza y cumplimiento, pilares clave para crecer en un entorno cada vez más regulado.
¿Qué es el canal ético y cómo se relaciona con la Ley 2/2023?
El canal ético —o sistema interno de información— es un medio seguro y confidencial para que cualquier persona relacionada con la empresa (empleados, colaboradores, proveedores, etc.) pueda comunicar hechos que puedan constituir una infracción legal, ética o de buenas prácticas.
Con la entrada en vigor de la Ley 2/2023, de 20 de febrero, se establece un marco obligatorio de protección para los informantes, además de los requisitos específicos que deben cumplir los canales éticos para ser legales:
Garantía de confidencialidad y anonimato.
Acceso universal para cualquier informante.
Plazos definidos para la gestión y respuesta.
Protección expresa frente a represalias.
Gestión imparcial y trazable del procedimiento.
En el caso de las empresas tecnológicas, esto cobra especial relevancia por el tipo de actividad que desarrollan y los riesgos asociados, como protección de datos, ciberseguridad, licencias, propiedad intelectual o incluso cumplimiento normativo en entornos de inteligencia artificial o blockchain.
¿Están las empresas tecnológicas obligadas a tener un canal ético?
Sí, en muchos casos. La obligación depende de varios factores establecidos por la Ley 2/2023:
Empresas con 50 o más trabajadores están obligadas, sin excepción.
Cualquier empresa que participe en contratación pública, gestione fondos europeos o tenga actividad regulada.
Entidades sujetas a normativa europea en materia de protección de datos, seguridad de redes y sistemas, servicios digitales o inteligencia artificial.
Esto incluye desde scaleups tecnológicas con financiación pública, hasta desarrolladoras de software para el sector público o compañías con modelos SaaS que tratan datos personales.
Ejemplo real: una startup de 60 empleados que ofrece servicios cloud a hospitales públicos está obligada a contar con un canal ético, incluso si su plantilla no conoce aún esta exigencia.
¿Qué debe tener un canal ético eficaz para empresas tecnológicas?
El canal ético debe cumplir con lo exigido por la ley y estar adaptado a la realidad operativa y cultural del sector tecnológico. Esto implica:
Plataforma digital segura y cifrada.
Acceso online y multiplataforma, usable desde cualquier dispositivo.
Interfaz intuitiva y adaptada a entornos de trabajo ágiles o remotos.
Posibilidad de comunicación anónima y bidireccional.
Integración con sistemas de compliance y gestión de riesgos corporativos.
Registro electrónico, con trazabilidad y gestión documental automatizada.
Además, debe incluir protocolos claros sobre cómo actuar ante incidentes vinculados a brechas de datos, derechos de los usuarios, propiedad intelectual o relaciones laborales con desarrolladores, técnicos y freelance.
Muchas tecnológicas han comenzado a implantar su Canal ético como parte de su estrategia de gobierno corporativo y sostenibilidad (ESG), especialmente si aspiran a rondas de inversión o licitaciones públicas.
Cómo implantar el canal ético en una empresa tecnológica: pasos clave
1. Evaluar la situación legal y de riesgos
El primer paso es realizar una evaluación legal personalizada:
¿La empresa supera los 50 trabajadores?
¿Gestiona datos personales, IA o información sensible?
¿Tiene contratos con administraciones o fondos públicos?
¿Qué riesgos legales ha enfrentado anteriormente?
Esta fase inicial permitirá dimensionar correctamente el canal ético y establecer su alcance.
2. Seleccionar una solución técnica adecuada
Dado el perfil del sector, la tecnología del canal debe estar a la altura:
Alojamiento seguro y conforme al RGPD.
Registro y control de accesos.
Panel de gestión fácil de usar por responsables de compliance.
Posibilidad de integrarse en el entorno digital de la empresa (intranet, herramientas colaborativas, etc.).
La elección de la plataforma no debe basarse solo en coste, sino en su capacidad de adaptarse a modelos de trabajo remoto, escalabilidad y diversidad cultural.
3. Establecer los procedimientos internos
El canal debe estar respaldado por:
Política de uso del canal ético.
Protocolo interno de recepción, análisis e investigación.
Designación de un responsable imparcial y formado.
Criterios claros de actuación y plazos legales (7 días para acuse, 3 meses para resolución).
La trazabilidad de todo el proceso es esencial para demostrar cumplimiento ante una posible inspección o litigio.
4. Comunicar y formar a toda la organización
De poco sirve un canal si nadie lo conoce o no se fía de él:
Presentación oficial en medios internos (Slack, Teams, correo…).
Formación inicial para managers y empleados.
Inclusión en el onboarding de nuevos perfiles.
Disponibilidad pública en la web corporativa.
En empresas tecnológicas con alta rotación o estructuras horizontales, la comunicación debe ser cercana, transparente y no coercitiva.
5. Supervisar, auditar y mejorar
Una vez implantado, el canal debe revisarse periódicamente:
¿Se están cumpliendo los plazos?
¿Qué tipo de denuncias se reciben?
¿Se necesitan cambios en la plataforma o el procedimiento?
¿Se detectan usos inapropiados o desconocimiento del sistema?
Este seguimiento permite corregir desviaciones y alinear el canal con la evolución tecnológica y legal del sector.
Errores frecuentes al implantar el canal ético en empresas tecnológicas
Creer que no es obligatorio por ser una pyme o una startup.
Usar un simple buzón de correo electrónico sin garantías.
No permitir el anonimato, lo que frena el uso real del canal.
Designar a un responsable sin formación o con conflicto de interés.
No integrar el canal en la cultura de compliance o en herramientas de gestión.
Olvidar el canal una vez implantado, sin seguimiento ni revisión.
Evitar estos errores no solo evita sanciones, sino que convierte el canal en una herramienta real de mejora y prevención.
Beneficios reales del canal ético en el sector tecnológico
Más allá del cumplimiento legal, el canal ético ofrece ventajas competitivas:
Reducción de riesgos reputacionales por brechas o malas prácticas.
Mejora de la cultura de cumplimiento y transparencia.
Alineación con criterios ESG exigidos por fondos de inversión.
Mayor confianza de clientes y usuarios.
Cumplimiento proactivo del RGPD, la Ley de IA y otras normativas.
Prevención de fugas de talento por conflictos internos no resueltos.
Un canal ético bien implantado es un signo de madurez organizativa y puede ser un diferenciador estratégico frente a competidores.
¿Necesitas ayuda para implantar tu canal ético según la Ley 2/2023?
Cumplir con la Ley de Protección del Informante requiere soluciones específicas y adaptadas a la realidad tecnológica, no plantillas genéricas ni herramientas improvisadas.
A través del Canal ético, te ayudamos a implantar un sistema seguro, legal y personalizado, totalmente adaptado a los retos de tu empresa tecnológica y sin compromiso.
Preguntas frecuentes
¿Una startup tecnológica con 20 empleados está obligada a implantar canal ético?
No por número de empleados, pero sí puede estarlo si participa en licitaciones públicas, recibe fondos europeos o trata datos sensibles según el RGPD.
¿El canal ético debe integrarse en la web?
Sí. La Ley exige que esté accesible en el portal corporativo o en medios internos visibles y accesibles para todos los potenciales informantes.
¿Qué ocurre si alguien denuncia un fallo de ciberseguridad?
La denuncia debe investigarse conforme al protocolo del canal ético. Si se demuestra, puede derivarse a acciones correctoras, legales o incluso a la AEPD si afecta a datos personales.
¿Puedo usar herramientas open source para crear el canal?
Solo si cumplen con todos los requisitos legales: confidencialidad, trazabilidad, plazos, anonimato, protección del informante, etc. Lo más recomendable es una solución validada y auditada.
¿Qué sanciones existen por no tener canal ético?
Las multas pueden llegar a 1.000.000 €, además de consecuencias reputacionales, pérdida de certificaciones o inhabilitación para contratar con la administración.